martes, 5 de febrero de 2008

Poetisas Veracruzanas

Laguna de Catemaco

Hojeando una antigua revista-magazine-periódico Veracruzana de mediados del siglo XX, me encontré con este artículo dedicado a las poetisas mexicanas, y me agradó este en especial porque he leido algunas poesias de esta sensacional señora: María Teresa García Cadena. Que aunque no fuese escritora por vocación, si poetisa por convicción.

Este artículo fué escrito por la Sra. María Boettiger de Alvarez en la Revista Xalapa Número 93 en mayo de 1960, quien también fuera poetisa y escribiera para dicha revista. En este artículo pretende rememorar la obra de María Teresa García Cadena y que sepamos algo breve sobre su vida y obra de versos realmente geniales. Pongo a continuación el texto exacto escrito en la revista y una poesía. Espero que els guste.


MARIA TERESA GARCÍA CADENA

Poetisa soñadora y profunda, que allá en ese rincón de ensueño que se llama Catemaco, ha tonificado su espíritu delicado y sutil, con la savia de sus arrogantes árboles y con el perfume embriagador de sus campiñas. Allá en donde las aves rompen el aire con una lluvia de trinos "y en la extensión azulina sus oros diluye el sol". La poesía de María Teresa, es como la flor espontánea de los campos apartados y escondidos a las miradas indiscretas de la vulgaridad. Esta culta poetisa sabe captar las bellezas del paisaje que la rodea, ella ha bebido su inspiración en los rumores de los ríos, en los trinos de las aves, en los atardeceres luminosos del espléndido lago de su pueblo, en el verde tierno de la grama fresca y mullida que invita al reposo.

Desde niña, María Teresa demostró su afición a las letras; llamaba su atención su amor al estudio, tenía ansias de saber; su claro talento se sentía como aprisionado entre aquel ambiente pleno de bellezas naturales, pero falto de elementos para ilustrarse; por eso se empeñó en salir de su terruño en busca de la cultura que su espíritu emotivo anhelaba. Y fue así como logró ingresar a la Escuela Preparatoria de Xalapa y más tarde venir a la capital de la República para cursar una carrera, llegando a obtener el Título Profesional de Química Farmacéutica en la Universidad Nacional de México.

Mas a pesar de dedicarse a una profesión científica, no pudo sustraerse al embrujo de ayer y la divina poesía siguió inquietando su cerebro y desbordándose en su alma soñadora en versos floridos y exquisitos.

Fruto de su inspiración son los que con agrado inserto, para que los buenos lectores aprecien las indiscutibles dotes de esta inntelectual poetisa catemaqueña: MARIA TERESA GARCIA.

Escrito por la Señora María Boettiger de Alvarez
para la Revista Xalapa No. 93 en Mayo de 1960

Profana

En el revuelto mar de mi existencia,
el faro insomne de la duda negra
oscurece mi fe, la desintegra
y zozobra el bajel de mi creencia.

En la abatida frente, lacia mano
ala extendida de gaviota errante,
fuerza da a la pupila y sobre-humano
poder, con que interroga vigilante
la incierta ruta de la luz perdida.

El alma desespera, inquiere, arguye
si el quemante dolor de abierta herida
consumirá la duda que la influye.

Y... frente al pavoroso torbellino
que en mi mar interior, ruge y azota,
asgo mi alma al peñón de su destino,
con la visión de una esperanza ignota.

¡Dame luz en el alma, Señor mío;
que el faro insomne de la duda, cela
mi existencia precaria, noche y día,
y quiero descansar de estar en vela!

Haz que su alma purísima contagie
a mi alma de amor y de saudades;
nuevo faro en mi mar vele y presagie;
que al rigor de las crueles tempestades
que azotan en el mar de mi existencia;
asiéndome al peñón de su destino,
la fe, señalará nuevo camino ...
al doliente bajel de mi creencia.

María Teresa Carcía Cadena.

2 comentarios:

Emiliano dijo...

Hola: Se sabe si Teresa García Cadena publicó algún libro? Saludos

Anónimo dijo...

Me tomé el atrevimiento de "pegar" su artículo en mi blog (catemaco.wordpress.com) respetandole su derecho de Autor. Ojalá nos pueda compartir más material de Dña María Boettiger (tia abuela materna del escritor Carlos Fuentes) y de Doña Teresa García Cadena. Gracias