Desde tiempos inmemoriables, pasaron como migrantes diversos grupos humanos y algunos, cautivados por la exuberancia de la región, se quedaron cerca del quinto cerro, al pié de la laguna o entre los liquidámbares, junto a manantiales que brotan de los peñascos y los arenales; así surgieron hacia los cuatro puntos cardinales: Xallitic, Tecuanapan, Tlanecapan y Techacapan, cuando los totonacas en el siglo X dominaron esta zona. Durante los siguientes 4 siglos, se conformó el Macuilxochitlán, que fuera conquistado por Moctezuma Ilhuicamina y sus mexicas.
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Y llegaron los españoles. El primer español que conoce Xalapa y la menciona en sus cartas, fué Hernán Cortéz, quién en su viaje a Tenochtitlán hace su tercera jornada el 18 de Agosto de 1519, pernoctando en Xallapan, donde es atendido magníficamente. Sin olvidar esto el conquistador, y tomando en cuenta la ubicación estratégica, pugnó en 1534 para que fuera asiento de un monasterio franciscano, que se edificó durante la adminsitración del primer Virrey de la Nueva España, don Antonio de Mendoza, convirtiéndola del desde el siglo XVI en una evangelizadora "comarcana".
Asentada en un terreno de lomerios, Xalapa se conformó sinuosa y carprichosamente con callejones, recovecos y gratas terrazas que ofrecen paisajes únicos por sus contrastes. Primero surgieron los barrios de San José y de Santiago; más tarde el del Calvario y los Corazones y, mucho despúes, los de Canta Ranas y la Piedad. En el centro, en 1641, se levanta la parroquia de la Inmaculada Concepción, que el obispo de Puebla, Don Juan de Palafox y Mendoza, la convierte en Sede del clero secular. Las familias españolas aumentaron poco a poco, varias de ellas vivían en grandes casonas con huertos, que envolvían al pueblo en frescura y aroma de azahar.
Durante el siglo XVII, adquiere la fama de hospitalaria, gozando de clima benigno, donde viajeros y enfermos podían descansar y restablecerse.
Fuente: Historias, Cuentos y Leyendas de Xalapa
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